jueves, 7 de septiembre de 2017

EL OTRO MENSAJE POR JOSE ANTONIO ORTEGA ORTUÑO

EL OTRO MENSAJE
Por José Antonio Ortega Ortuño

La otra tarde pensando, me detuve brevemente preguntándome, que dentro de su magia, estoy seguro que el Monte Arabí, jamás pensó que iba a crear tanto revuelo.

En esta plataforma en la que está luchando gente de todo tipo, intentando atar todos los cabos, cada uno de su padre y de su madre, han trabajado y lo seguirán haciendo personas y profesionales de toda índole, ingenieros, abogados, arqueólogos, médicos, biólogos, etc., y también mucha gente sin un perfil definido. Todos de forma voluntaria, han dedicado su valioso tiempo, para redactar memorias, informes, recursos, así como los trámites y gestiones que este inmenso tinglado conlleva.

Mi agradecimiento personal, y me permito la licencia de hacerlo también en nombre de la plataforma, #SalvemosElArabí y la comarca, gracias a todos ellos.

Pues bien hecha esta introducción, para que nadie pueda tener un triste quejido incomprendido, muchas de las personas que participaron en la manifestación del domingo, pudieron observar una chica encantadora, encima del escenario, vestida de riguroso negro, que realizó la interpretación mediante lengua de signos, de los manifiestos y el bonito cuento al concluir el acto.


Lidia Rubio, contribuyó con los ojos cerrados, con su otro mensaje, escuchó para que aquellas personas sordas, pudieran oír y agudizar sus sentidos, como un gusto de amor callado, como la
intensidad de la música al final de un concierto.

Interpretando el lenguaje paso a paso, descansaba unos segundos y tomaba aire, haciendo de nuevo volar sus manos, con el aleteo de sus dedos. Dentro de una vida difícil, y dentro de la propia naturaleza humana, donde los que ahora estamos desconocemos cuando nos iremos, y los que tienen que venir, no se sabe cuándo llegarán.

El Monte Arabí, jamás creyó que iba a reunir a un pueblo de esta manera, tal vez el paraje misterioso habló con Lidia, al igual que lo hizo con la paloma mensajera, ella mediante la lengua de signos le dijo a unos pocos, aquello que el monte siente, y puede que también lo que el monte piensa.

a Lidia Rubio, muchas gracias.

6 de Septiembre de 2.017.